Creo que este hubiera sido un genial final de temporada. La batalla entre los Mikaelson, que fue más que nada una batalla de palabras. Aún así, muchas cosas salieron a la luz, muchos recuerdos de su vida antes de ser vampiros. El horror al que era sometido Klaus por su padre. Por ser diferente, especial. Pensar que en algún momento existió un Klaus que fue bueno, dulce y amoroso. Que quería proteger a sus hermanos a toda costa. Que amaba desinteresadamente. Es algo increíble de imaginar. Más que el capítulo en si, lo que amé es el debate que trae entre los tres hermanos.
Todos ellos están rotos. Puede ser que ellos lleven un siglo de estar rotos, pero a medida de cada uno, todos lo estamos. “Broken” ¿quién no se siente roto alguna vez o de vez en cuando? Algunos tendrán padres como Mikael, otros tendrán otras cosas. Pero creo que todos, de alguna manera y por alguna razón estamos un poco rotos. Nuestros miedos, nuestras inseguridades, esa es nuestra principal parte rota. Esperando por alguien que “nos arregle” cuando en verdad los únicos que podemos arreglarnos somos nosotros mismos. Alguien puede ayudarnos, pero si no parte de nosotros, no va a funcionar.
Lizzy’s para el capítulo:
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